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El Libro

Este fantástico libro, además de ser único, tiene una interesante historia detrás…

El Anacronópete

La primera novela de la historia en que se describe una máquina del tiempo, reconocido incluso por la British Library. Conoce la historia de Don Sindulfo, cómo y por qué decide crear una máquina del tiempo y a partir de allí vivir un sinfín de aventuras con un ritmo creciente.

¿Cómo se escribió?

En pleno siglo XXI, todos hemos leído o visto películas sobre máquinas que permiten a un individuo viajar en el tiempo a voluntad. La lista de títulos es casi interminable. Sin embargo, en 1887, cuando fue publicado El Anacronópete, esta idea de una máquina o dispositivo para viajar a través del tiempo no existía. Simplemente no se le había ocurrido a nadie. Hay algunas pocas historias previas en donde el protagonista puede viajar, o simplemente ver, un tiempo diferente al suyo. La diferencia, es que en esas historias los viajes eran por medio de la magia, los sueños, intervenciones celestiales o trances. La novedad en el caso del Anacronópete, es que el protagonista descubre cómo está hecho el tiempo y desde allí inventa una máquina para deshacerlo a voluntad. Con este libro Enrique Gaspar crea la temática de los viajes en el tiempo. Para comprender mejor este cambio en la literatura debemos saber algunas cosas que estaban sucediendo a finales del siglo XIX. La ciencia y la técnica se habían convertido en una especie de nueva religión. La humanidad vislumbraba un futuro donde las máquinas cambiarían (para bien y para mal) todos los aspectos de nuestra vida. La máquina de vapor fue el motor de la revolución industrial, y rápidamente pasó a mover trenes y barcos. El telégrafo permitía que las personas se comunicaran en cuestión de minutos entre países y la electricidad comenzaba a impulsar una segunda revolución industrial. No es raro que en este ambiente, escritores como Julio Verne tuvieran un éxito extraordinario al imaginar un mundo de máquinas capaces de volar, viajar por el fondo de los océanos o recorrer el planeta en 80 días. Por la década de 1870, estaba en cartel una obra de teatro basada en La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne. Era una obra con un despliegue impresionante de actores, escenarios y medios. Disponían hasta de un elefante en el escenario. Esta obra seguramente impresionó mucho a Enrique Gaspar y rápidamente se puso a escribir una obra que tuviera un nivel de despliegue e imaginación similar a la obra de Verne. El primer borrador de El Anacronópete fue escrito en 1881. Era una zarzuela dividida en 3 actos. En los años posteriores, Gaspar buscó infructuosamente quien pudiera llevar al teatro esta obra, pero el coste de semejante producción hizo imposible dar con un productor adecuado. En 1887 Gaspar convierte su zarzuela en una novela, que finalmente ve la luz dentro de la colección Artes y Letras.  

¿Qué es el Anacronópete?

El propio inventor describe su artefacto de la siguiente manera:

«El Anacronópete, que es una especie de arca de Noé, debe su nombre a tres voces griegas: Ana, que significa hacia atrás; crono, el tiempo, y petes, el que vuela, justificando así su misión de volar hacia atrás en el tiempo; porque en efecto, merced a él puede uno desayunarse a las siete en París, en el siglo XIX; almorzar a las doce en Rusia con Pedro el Grande; comer a las cinco en Madrid con Miguel de Cervantes Saavedra -si tiene con qué aquel día- y, haciendo noche en el camino, desembarcar con Colón al amanecer en las playas de la virgen América».

La obra

La máquina del tiempo funciona como una excusa para desarrollar alrededor una serie de aventuras, peleas desengaños y mucho pero mucho humor. Enrique Gaspar fue un escritor de teatro con un afilado sentido del humor para criticar la sociedad de la época. Y esta obra, una de sus pocas novelas, no podía ser menos que una muestra más de sus pensamientos. La máquina sirve de excusa para una historia en tres actos en forma de zarzuela en la que don Sindulfo García, científico zaragozano e inventor del ingenio, su amigo y ayudante Benjamín, la sobrina y pupila Clarita, la sirvienta, el capitán Luis, el amor de Clarita, unos húsares y algunas muchachas francesas de vida alegre recogidas en París se desplazan en el tiempo. La novela conserva la estructura de la zarzuela original y se divide en tres actos: En el primer acto salen de París, de la Exposición Universal y viajan hasta la batalla de Tetuán en 1860. Acaban por regresar a París el día anterior de su salida, donde desembarcan unas señoritas francesas rejuvenecidas. En el segundo acto se vuelve de nuevo a viajar hacia el pasado, parándose en diversos momentos históricos como Granada en 1492 o Rávena en el 690 para avituallamiento. Acaban en la China del siglo III donde sufren algunas aventuras, consiguiendo escapar bajo el mando de Benjamín. Los personajes evolucionan, con Benjamín obsesionado por la vida eterna, don Sindulfo loco de celos por Clarita, y Clarita enamorada del capitán Luis. En el tercer acto, con una parada en la Pompeya del Vesubio en el año 79, llegan al siglo XXX a. C., los tiempos de Noé. Allí descubren el secreto de la vida eterna en Dios.

¿Por qué este libro es importante?

Durante más de 100 años se creyó que el británico H.G.Wells fue el primero en idear una máquina del tiempo. La realidad es que Enrique Gaspar se adelantó a Wells en casi 10 años, por lo que es el verdadero padre de los viajes en el tiempo. Por si esto fuera poco, Gaspar plantea además ciertos temas que aún hoy siguen vigentes. A diferencia de Wells, Gaspar describe el principio de funcionamiento del Anacronópete en palabras de Don Sindulfo:

Como el tiempo para envolverse en la tierra camina en dirección contraria a la rotación del planeta, el Anacronópete para desenvolverlo tiene que andar en sentido inverso al suyo e igual al del esferoide, o sea de Occidente a Oriente. El globo emplea veinticuatro horas en cada revolución sobre su eje; mi aparato navega con una velocidad ciento setenta y cinco mil doscientas veces mayor; de lo cual resulta que en el tiempo que la Tierra tarda en producir un día en el porvenir, yo puedo desandar cuatrocientos ochenta años en el pasado.

Este principio de funcionamiento del tiempo sigue siendo un recurso muy utilizado en novelas, películas y comics. Por ejemplo, en la película de Superman de 1978, donde el héroe vuela en sentido contrario al terrestre haciendo retroceder el tiempo para salvar a Lois Lane. Otro aporte pionero de Gaspar es el de introducir la problemática clave de este sub-género. En una conversación entre el protagonista (Don Sindulfo) y su ayudante, el autor plantea lo que hoy es uno de los paradigmas más importantes de los viajes en el tiempo: Si cambio algo del pasado, ¿puedo provocar que yo nunca haya nacido? Pasarían casi 50 años hasta que esta idea evolucionó a la paradoja del viaje en el tiempo que hoy nos resulta tan familiar en todas las historias de viajes en el tiempo. Estos razonamientos que nos plantea Gaspar son totalmente extraordinarios para la época. Tengamos en cuenta que en el año 1887 los aviones no existían, Einstein tenía 9 años de edad y la ciencia de la época recién comenzaba a hablar del tiempo como una cuarta dimensión. Las fantásticas ilustraciones de Francesc Soler (uno de los mejores ilustradores de España en aquella época) son también los primeros dibujos de una máquina del tiempo de la historia.

¿Por qué El Anacronópete cayó en el olvido?

Mientras que la novela de Wells alcanzó fama mundial, se tradujo a todos los idiomas y ha inspirado varias películas, “El Anacronópete” tuvo una muy tibia aceptación del público local. Una posible razón es que en el caso de Gaspar, los viajes en el tiempo son hacia el pasado, y el autor los utiliza para hacer una profunda crítica social de la España de la época. A finales del siglo XIX el imperio español, como tal, se estaba desintegrando y los momentos históricos que recorren los anacronautas son un intento del autor por buscar las causas de esta caída. En el caso de Wells el viaje es hacia un futuro tan lejano como el año 802,701. Esto de por sí ya generaba una gran curiosidad en todos los públicos. Mucho más en una sociedad bitánica, donde la ciencia y la técnica eran el motor de una ambición de expansión que no conocía límites y que dominaba gran parte del planeta. La fama de Gaspar como autor de teatro humorístico de éxito, posiblemente contribuyó también a que la crítica se centrara más en la historia que en la invención en sí misma. Así lo recogen varias críticas de la época, en donde se menciona el humor, las ilustraciones y hasta la encuadernación, pero no así la extraordinaria imaginación que se requería para imaginar una máquina del tiempo voladora. Recordemos que en 1887 el único medio de elevarse en el aire era con globos de aire caliente. El primer vuelo de los hermanos Wright ocurriría casi 15 años después. Nuestro objetivo es difundir esta obra y que Enrique Gaspar ocupe finalmente el puesto que merece como uno de los padres fundadores de la ciencia ficción.

Curiosidades

Cuando Gaspar escribió la obra, la bombilla eléctrica se había inventado menos de 10 años antes y la electricidad era tecnología del futuro. De ahí la mención especial de que el Anacronópete se mueve por electricidad. Pese a que Gaspar pueda sonar muy políticamente incorrecto hoy en día, era un hombre adelantado a su tiempo. Era contrario a la religión y creía en un mundo igualitario para hombres y mujeres.

La Metempsícosis

Es un breve relato que toma la reencarnación como un hecho y desde esa premisa resuelve una historia picaresca, salpicada con sutiles críticas a la sociedad de la época.

¿Qué es la metempsícosis?

La metempsicosis o metempsícosis es una antigua doctrina filosófica griega basada en la idea tradicional de la constitución triple del ser humano (espíritu, alma y cuerpo), que afirma el traspaso de ciertos elementos psíquicos de un cuerpo a otro después de la muerte. Esta breve historia nos cuenta las aventuras de dos amigos, que tras una serie de malentendidos terminan falleciendo y reencarnan en forma de toros. La metempsícosis es un tema mencionado en “El Anacronópete”, y en este cuento, Gaspar tiene la oportunidad de explayarse al respecto. Como no podía ser de otra manera, abunda en toda la historia la crítica social y la picardía del autor al describir los comportamientos de los personajes. Una obra ligera y divertida que nos ayuda a entender mejor el pensar humorístico del autor.

Viaje a China

Una serie de cartas del autor, describiendo su viaje y estancia en Oriente, donde podremos ver, a través de los ojos de un europeo del siglo XIX, el aspecto y las costumbres del país en esa época.

Las cartas

En 1870 Gaspar fue enviado a Macao como cónsul de España. Durante su estancia allí no podía detener su pasión por la escritura. En “Viaje a China” el autor recopila una serie de cartas que envió durante varios años al director del diario Las Provincias de Valencia. Lo interesante de estos textos es poder ver de primera mano, cómo era la vida en la China del siglo XIX. La visión de Gaspar es principalmente negativa en cuanto a la higiene y las costumbres de la sociedad. Se horroriza por el poco valor que se le da a la vida de la gente pobre y de los abusos de los ricos. Por otra parte, el autor queda maravillado por el arte ancestral del oriente y deja traslucir una cierta nostalgia por lo que en algún momento fue una cultura muy adelantada a la europea.


Edición bolsillo

  • Introducción y análisis de obra
  • El Anacronópete
  • 220 páginas
  • Tapa blanda

15€

Edición completa

  • Introducción y análisis de obra
  • El Anacronópete
  • La metempsícosis
  • Viaje a China
  • 450 páginas
  • Tapa blanda

19€

Edición Coleccionista

  • Introducción y análisis de obra
  • El Anacronópete
  • La metempsícosis
  • Viaje a China
  • 450 páginas
  • Tapa dura – Lomo redondeado
  • Marcapáginas incorporado

24€